viernes, 28 de diciembre de 2012

Abducción de Ron Noel

                              Ron Noel

La historia de éste hombre que fue abducido e implantado por seres extraterrestres




Esta historia fue televisada en el programa de Jaime Maussan " Tercer Milenio", el cuál viajó hasta Los Ángeles  condado de Ventura, para conocer a Ron Noel personalmente y entrevistarlo.

El hecho ocurrió en 1970, cuando Ron Noel tenia aproximadamente 9 años de edad, vivía en Orlando, Florida, en un naranjal, unos días antes habían estado limpiando la zona, porque una plaga estaba dañando los árboles.
El, y dos amigos decidieron acampar durante la noche, y ese fue el lugar en donde transitan por ésta extraña experiencia de abducción.
Hasta el momento de conocerlo, cuenta Jaime Maussan, que él no recordaba absolutamente nada de los ocurrido, y le fue diagnosticada ," perdida de tiempo", alrededor de 40 años después, concurre al médico y le hacen estudios por un problema que tiene en una mano, descubren en una radiografía que tiene incrustado un trozo de metal, el ignoraba ésto y se da cuenta de que tiene un implante, pero desconocía el tema; hasta que casi por casualidad ve en la tele un programa de Roger Leir, y accede a que el implante sea extraído.
Una vez realizada la extracción, y luego de minuciosos estudios del objeto, verifican que el mismo tiene electromagnetismo, que trasmite en una frecuencia del espacio profundo lunar, no tiene radiación, no es peligroso, está totalmente rodeada por nervios y no le produjo dolor alguno, ni infección

Según relata Jaime Maussan, ésta es una cirugía que estuvo postergada por algún tiempo por no tener el Dr Leir, los medios económicos y de investigación para realizarla, y se logró con el aporte de Telemundo y Tercer Milenio.

El implante fue analizado por el Dr Esteven Colbert, y por primera vez se hicieron pruebas de ADN, del tejido, en laboratorios especializados con microscopios electrónicos de gran potencia.


Otros implantes extraídos por el Dr Leir, tenían nanotecnología, nanotubos de carbono, lo cuál demuestra que no es una tecnología terrestre.

Ron Noel, fue sometido a una regresión hipnótica, como lo hacen muchas victimas de abducción, que no recuerdan que les ocurrió.


¿Que recordó de lo que le ocurrió esa noche?

Comienza la sesión y lentamente va recordando imágenes de como lo llevan al interior de la nave, de seres pequeños que no tienen boca, de seres que le trasmiten los pensamientos de forma telepática, recuerda cuando le lebantan el brazo y le colocan el implante.

Cuando regresan al lugar donde estaban acampando, no saben lo que les pasó porque no lo recuerdan.
Al día siguiente, ven volar por encima de ellos un helicóptero, del cual descienden dos hombres vestidos de negro, y les preguntan si habían visto algo extraño, a lo cuál ellos responden que no, y se van.

Es durante la regresión que el se da cuenta de porque les borraron la memoria.

Hoy en día existen en EE.UU., más de 5.000 abducidos que llevan implantes en su cuerpo pero se niegan a que se les extraiga.

Los invito a ver el video de la regresión de Ron Noel, y los videos de los análisis que le hicieron a la muestra extraída de su cuerpo.


                                    Regresión hipnótica 



Análisis 1




Análisis 2



Implantes extraterrestres, ¿un sistema de rastreo o influyen en la conducta?

                    Implantes extraterrestres


En la constante búsqueda de pruebas que demuestren inteligencias extraterrestres que visitan nuestro planeta, existe un asombroso número de "pistas" que los alienígenas podrían dejar accidental o conscientemente.

Entre los casos de contactos alienígenas reportados, tal vez los menos conocidos son los llamados "Implantes Alienígenas", estos implantes consisten en pequeños microchips, localizadores o cualquiera que sea su naturaleza que tendrían como función informar a los extraterrestres sobre un individuo previamente abducido.

Se desconoce exactamente cual es la función para la cual son introducidos estos pequeños objetos en el cuerpo de los abducidos. Aunque las hipótesis son varias las que más fuerza parecen cobrar son las que hablan de sistemas de rastreo o almacenaje de información sobre las actividades del abducido, de este modo los extraterrestres podrían tener información sobre nuestro comportamiento, conducta y hábitos diarios. El equivalente sería el marcado de animales que los humanos hacemos para conocer los mismos datos en colonias de animales en vías de extinción o simplemente para conocer mejor sus conductas.


También existen otras teorías un poco más "negativas" que hablan de sistemas de control neuronal, método que podrían usar los visitantes para lograr sus fines de control político, social o ideológico sobre nuestra sociedad, de este modo el abducido se comportaría como una persona normal, pero en determinados momentos el implante actuaría como neurotransmisor y enviaría unas ordenes que el sujeto obedecería consiguiendo que los alienígenas influyeran de una forma directa en nuestra sociedad.



¿Como se localizan?


Lo más sorprendente de estos implantes es que no causan ningún tipo de rechazo en los tejidos del portador, normalmente al ser introducido un objeto extraño en el organismo este reacciona de forma natural con un rechazo, provocando inflamación, infección, fibrosis o recubrimientos quísticos. Sin embargo en ningún caso de implantes alienígenas se han encontrado esos efectos, así mismo también se han encontrado inexplicables cicatrizaciones donde anteriormente no existían el día anterior. 
Por norma general la única forma de localizar estos implantes es por medio de pequeñas marcas o cicatrices que aparecen misteriosamente después de ser abducidos los sujetos. Sin embargo se han encontrado algunos tras realizar escáner y sin mostrar ningún tipo de marca cutánea.




Casos Estudiados





El doctor Roger Leir creador de la Fundación para la Investigación Interactiva y la Tecnología Espacial (FIRST) y el hipnólogo Derrel Sims, investigador experto en la temática ovni y también fundador de FIRST, llevaron a cabo varias operaciones quirúrgicas en colaboración con un equipo de médicos. La primera serie de extracciones de “implantes” tuvo lugar el 19 de agosto de 1995 en la clínica de Roger Leir en Mil Robles.
Según pudo comprobarse gracias a los rayos X, Pat Parrinellio, un hombre de 47 años, y Mary Jones, de 52 años, ambos de Houston (Tejas), tenían alojados en sus cuerpos extraños objetos, aunque ninguno de ellos recordaba haber sido operado con anterioridad. Ambos casos fueron investigados por Derrel Sims, quien, basándose en los encuentros con ovnis que estas personas habían tenido en el pasado, los remitió a Roger Leir para que les operara. A Pat se le extrajeron objetos de la espalda y la mano izquierda y a Mary del pulgar de su pie izquierdo.

Los implantes extraídos de la primera serie de intervenciones quirúrgicas fueron estudiados por dos patólogos y luego enviados a varios laboratorios independientes para su análisis. En las pruebas se evaluó la patología del tejido, se hizo una espectroscopia con láser y se realizaron diversas pruebas metalúrgicas que incluían medidas de la densidad por inmersión, radiografías, microscopia electrónica, rayos X, así como estudio de las propiedades electromagnéticas y pruebas de fluorescencia. Todos estos ensayos se realizaron en el Instituto Nacional del Descubrimiento de la Ciencia (NIDS) de Nuevo México, así como en otros laboratorios independientes.

Mientras estos objetos anómalos estaban siendo analizados, otra serie de extracciones quirúrgicas de implantes tuvo lugar el 18 de mayo de 1996. Las dos mujeres que protagonizaron esta segunda tanda de operaciones se ofrecieron para ser entrevistadas y someterse a estudio. A Debbie O., de 61 años residente en Lancaster (California) y a Susie Adams, de 40 años, les fueron extirpados objetos similares de la parte inferior de la pierna izquierda. A Licia Davidson, de 37 años, que ha tenido numerosos encuentros con ovnis, se le extrajo del pie en enero de 1997 un extraño objeto de aspecto cristalino.




“Los descubrimientos que se hicieron como resultado de estas intervenciones quirúrgicas son sumamente extraños. En todos los casos apenas hubo inflamación”, informó Roger Leir. Esta reacción no es habitual cuando hay tejidos ajenos al organismo. Normalmente, los cuerpos extraños incrustados en los tejidos suelen provocar algún tipo de inflamación crónica, además de fibrosis y formación de quistes. Algo que no ocurrió en estos casos.
Los informes patológicos posteriores a las dos primeras intervenciones revelaron que los objetos metálicos estaban recubiertos por una membrana gris muy densa y resistente, constituida por queratina, himosiderina y coágulo proteínico. Más concretamente, se trataba de proteína de sangre y células que se encuentran habitualmente en la capa superficial de la piel. Los resistentes “capullos” biológicos que recubrían los implantes también contenían células nerviosas de un tejido que no se encuentra en esta zona del cuerpo. Estas formaciones despedían una fluorescencia verde brillante en presencia de una fuente de luz ultravioleta.
Los implantes presentes en las dos mujeres de la segunda serie de intervenciones no poseían propiedades metálicas como los de la primera.


De hecho, se trataba de objetos blanquecinos y esféricos que no contenían las resistentes cubiertas biológicas de los anteriores ni resplandecían bajo luz ultravioleta. Según los informes patológicos, estos implantes –posiblemente biológicos- tampoco produjeron inflamaciones. El objeto de aspecto cristalino extirpado del pie en la intervención más reciente tampoco estaba recubierto por ninguna membrana exterior gris y correosa y apenas produjo la inflamación observada en las demás extracciones. Los resultados de los exámenes emprendidos sobre la primera serie de implantes revelaron que los objetos metálicos con forma de aguja eran de origen meteórico y contenían al menos once elementos diferentes.
En una entrevista publicada en la revista Alien Encounter Magazine (Reino Unido), Derrel Sims hacía mención al hecho de que el organismo de estas personas no hubiera experimentado rechazo hacia los implantes: “Daba la sensación que esa densa membrana fibrosa formara parte de la propia superficie de la piel, como si los objetos metálicos hubieran estado envueltos en una funda de queratina. Las fibras nerviosas recubrían el tejido y parecían estar unidas a los nervios”.

Estas son algunas de las imágenes , de objetos extraidos del cuerpo de personas abducidas, y tamben de placas radiográficas sacadas antes de la cirugía.










Espero les haya resultado interesante, y les cuento a todos los lectores de mi blog, que desde ahora pueden recomendarlo, en redes sociales desde las opciones que figuran al final de cada entrada.

Próxima entrada
El asombroso caso de abducción e implante extraterrestre de Ron Noel


sábado, 22 de diciembre de 2012

Abducción del Cabo Valdés en Chile

 El extraño caso del Cabo Valdés

 La historia

Chile se conoce en el mundo de la ufología mundial por el caso del Cabo Valdés. La experiencia de esta patrulla militar que realizaba labores de vigilancia y fue protagonista de ésta extraña experiencia.
Por décadas se lo consideró un caso emblemático de abducción en Chile, pero hoy en día existen versiones de que solo fue una broma, y otras le siguen dando la importancia y veracidad como en  aquel momento


Armando Valdes Garrido nacido el 24 de diciembre de 1954 en Santiago de Chile, ingresó al servicio militar en 1974. Fue trasladado a Putre donde se licenció como instructor, en el momento de los acontecimientos contaba con 23 años de edad.


Chile se conoce en el mundo de la ufología mundial por el caso del Cabo Valdés. La experiencia de esta patrulla militar que realizaba labores de vigilancia y fue protagonista de ésta extraña experiencia.


Este extraño caso ocurrió en Chile exactamente al norte de este país en la localidad de Putre a 200 km de la ciudad de Arica , Pampa de Lluscuma, en pleno altiplano chileno. 
El 25 de Abril de 1977  unos soldados del Regimiento Rancagua se encontraban patrullando por dicha zona,  un grupo de siete soldados al mando del cabo Armando Valdés Garrido, sus nombres eran: Pedro Rosales Arancibia, Iván Robles Mella, Germán Riquelme Ovalle, Juan Reyes, Julio Rojas, Raúl Salinas, Humberto Rojas Veliz






El frío era tan intenso, que los soldados decidieron prender una fogata para calentarse , el cielo estaba completamente despejado y la oscuridad era total a no ser por la fogata que  habían encendido de pronto,  sobre las montañas divisan  una luz rojiza ; pensando que se trataba de personas que estaban pasando contrabando ,el cabo Valdés ordenó apagar la fogata y alistar las armas para ir en busca de aquella extraña luz , el soldado Rosales que había sido el primero en observar  la luminosidad explicó la posición de esta y todos se dirigieron hacia el lugar.
 

Después de caminar medio kilómetro, vieron como dos puntos rojos rodeados de una especie de nube violácea bajaban lentamente por una ladera deslizándose por el cerro  resultando evidente que aquellas luces no eran de personas  como habían creído al principio. El cabo ordenó  a su patrulla detenerse y observaron como estas extrañas luces se movían, pero no al azar; si no ordenadamente siguiendo un patrón inteligente.


Las luces se convirtieron en un solo objeto de color rojo violáceo  que bajó y se detuvo a unos 150 metros de la patrulla la que siguió caminando con algo de nerviosismo hasta la luz  para ver de qué  se trataba, cuando estuvieron aproximadamente a sólo 50 metros  observaron detenidamente que se trataba de un objeto ovalado que irradiaba una  fuerte  luz de color violeta y roja; fue entonces cuando el cabo Valdés se acercó gritando a viva voz hacía la nave, pidiendo que se identificará, mientras tanto los demás soldados  estaban detrás alineados con sus armas listas a disparar , el silencio y  el temor eran grandes .
El cabo Valdés muy  decidido, siguió avanzando temerariamente hacia la nave hasta ingresar a esa extraña nube de color violeta que la rodeaba, desapareciendo. Sus soldados horrorizados comenzaron a llamarlo por su nombre, pero no respondía, observaron  que la nube o neblina era cada vez más densa y  comenzaron a buscarlo por la zona, pero Valdés no aparecía. 
Pasaron alrededor de quince minutos, cuando sorpresivamente lo ven caer en el aire y corren en su ayuda, se lo veía completamente extenuado, en ese momento la nave comenzó a elevarse  hasta convertirse en una pequeña estrella brillante que fue desapareciendo lentamente.
Mientras tanto el cabo Valdés sufre un desmayo siendo auxiliado por sus hombres, al prestarle ayuda  los soldados observaron que el reloj de Valdés marcaban las 4.30 , y fecha 30 de Abril . Otro dato curioso del caso es que el rostro del cabo tenía  una barba de cuatro o cinco días, y según testimonio de los soldados el cabo se había afeitado un rato antes.

 De  regreso a su regimiento y después de contar su increíble historia, el cabo Valdés fue examinado rigurosamente , se lo sometió a pruebas tanto físicas como psicológicas , el no recordaba nada; sólo la visión de la nave antes de penetrar a la neblina de la misma , sus hombres también fueron interrogados sobre el hecho y sometidos a pruebas  solamente se les constató un nerviosismo general.
Todo este suceso fue reservado por el ejército chileno confirmándose años después que el cabo Valdés y sus siete hombres fueron testigos de un encuentro cercano con un Objeto volador no identificado.
Este caso es una prueba irrefutable de contacto con naves extraterrestres y es presentado en los Congresos Mundiales sobre Ovnis en el Mundo.

Pero vamos a conocer algunos detalles que rodearon el caso y que no han sido muy tomados en cuenta por la prensa de aquellos años.
El Cabo Valdés, el día 25 de Abril de 1977 a las seis de la mañana aproximadamente baja a la localidad de Putre y se dirigió a la casa del encargado de la escuela de esta pequeña localidad, el nombre del profesor que lo atiende es Pedro Araneda. Este maestro curioso; y elemento esencial social en una localidad tan apartada es el primer civil que ve y escucha la experiencia del militar Valdés, el cuál le solicita que lo acompañe a Lluscuma para “calmar” a su gente. Su estado es muy nervioso y habla atropelladamente y en forma alterada, rehusa volver a caballo y prefiere hacer el camino a pie. Antes de subir a Lluscuma concurren al cuartel de Putre donde los atiende un carabinero (policía chileno) de graduación cabo y de apellido Flores, quien se muestra muy confuso ante el relato del Cabo Valdés.
Llegando al lugar de los hechos, Valdés repite su experiencia al profesor Araneda, y le dice que según el relato de la gente de la patrulla “había desaparecido un tiempo” y que no recordaba nada de ese lapso. 
La ambulancia solicitada en Putre llega justamente con Araneda y el Cabo Valdés, ante la patrulla. Los integrantes comienzan a explicarse atropelladamente y con gran nerviosismo ante los recién llegados. Araneda nota una lucidez total en los militares pese al haber pasado toda la noche sin dormir. y comienza a realizar la primera grabación en cinta magnetofónica de la experiencia.  El profesor luego de escuchar y preguntar al respecto de lo que había pasado aquella noche, solicita una reconstrucción de los hechos y conjuntamente con el Cabo Flores (que era asistente técnico sanitario de carabineros) que también lo acompañaba, pide ir al lugar de los acontecimientos
El cerro esta a unos mil metros del sitio donde encuentran, cuando se acercan al lugar sienten enormes ganas de vomitar y la descomposición de varios militares de la patrulla es evidente. Araneda indica salir del sector ante la eventual presencia de radioactividad, por lo menos, eso es lo que piensa en esos momentos. 

Llega una patrulla de revelo, que una vez informada de la situación se distribuye por las quebradas vecinas en una rigurosa inspección del terreno que rodeaba al cerro de los acontecimientos de la noche anterior. Mientras tanto en las caballerizas el Cabo Valdés, seguía en un estado de nerviosismo continuo repitiendo su experiencia al profesor Araneda, igualmente que los integrantes de su patrulla.
 
Araneda según su propio relato grabado, logra sacar a luz una serie de detalles que luego en la gran avalancha de noticias nos son tomados en cuenta y se pierden en el olvido y en el paso del tiempo. Las investigaciones posteriores han determinado que el personal de la patrulla militar estaba acompañado de caballos propios para realizar su misión de vigilancia, y existía la presencia de un perro de nombre Huamachuco. Estos animales ante el fenómeno de la luz que baja del cerro y su presencia ante la patrulla militar tienen un curioso comportamiento. Permanecen quietos mirando la luz, casi estáticos, cosa inusual en este tipo de animales. Las orejas se mantenían hacia delante y los caballos soltaron todos sus esfínteres.
 Se encuentra un trozo de metal
Al volver las patrullas de inspección de los alrededores traen un trozo de metal parecido a una asta de motor, totalmente inusual en una zona tan desabitada como Lluscuma Según Araneda este trozo de metal estuvo largo tiempo guardado. Posteriormente se entregó a personal del periódico La Estrella de Arica, con intenciones de hacerlo analizar. De esta misión se encargaron los peiodistas Luis Daroch y Luis Maturana. Daroch informó que nadie en la ciudad de Arica pudo determinar si pertenecía a un motor convencional. El material al ser analizado resulta ser aluminio y no representaba ningún signo de óxido y al parecer su quebradura había sido reciente dado el estado del sitio de la rotura. 
El periodista Luis Daroch durante mucho tiempo se sintió perseguido y la pieza de metal recogida en la Pampa de Lluscuma la llevaba en su coche envuelta en un plástico. Este periodista murió en el año 1985 víctima de un cáncer de páncreas. El trozo de metal no fue encontrado jamás y la única persona que sabía de su existencia era Daroch y un reducido número de personas, entre ellos, el periodista Maturana y el profesor Araneda
Haciendo una recopilación de datos e impresiones,es casi obligado hacerse las siguientes preguntas: 
1º Al ser Lluscuma una zona fronteriza con Bolivia, es imposible que haya habido una sola patrulla militar en misión de vigilancia. 
Las relaciones entre Chile y Bolivia son frágiles lo que nos hace pensar que pueden haber más personas relacionadas con el caso. 

2º ¿Es posible que una patrulla militar en misión de vigilancia no lleve un equipo de comunicación con su base? 

No existen noticias respecto a este punto. Aunque pensamos que se usó este equipo, no aparecen registrado en ningún lado. Si existieron comunicaciones o instrucciones con superiores se han reservado sigilosamente y no han trascendido a la opinión pública. 
3º En el posterior traslado del Cabo Valdés al Hospital de Arica es registrado una serie de individuos de habla y aspecto americanos que interrogan al cabo Valdés. 
A pesar que no existe un informe de su estado físico y mental, es lógico que el acontecimiento atrae al personal de Servicios Especiales Extranjeros (posteriormente hablaremos de la opinión oficial de psiquiatras militar de la época) 

4º Se habla del efecto electromagnético de los Ovnis. Esto explicaría que los aparatos de comunicación no funcionaran correctamente ¿y las armas de fuego que llevaban los militares?
En este punto hay que decir que existen testimonios de gente de la localidad de Putre que vieron bajar el armamento de la patrulla con los cañones “retorcidos” a igual que las municiones aplastadas como si un enorme peso hubiera pasado encina. Esta idea anterior ha sido mantenida por muchos investigadores y autores de libros y periodistas relacionados con este caso, pero este punto es trascendental en las discrepancias al termino de los años, cuando el integrante de la patrulla militar Raúl Salinas expreso en más de una oportunidad a quien escribe que no había armas en el campamento, algo increíble y de difícil comprensión para cualquier personal militar en una zona tan conflictiva no solo por las fronteras cercanas sino por el contrabando que motiva este lugar. 
5º La patrulla constaba de ocho hombres incluido el cabo Valdés, pero en todas las fotos oficiales aparecen cinco. ¿Por qué razón? 
Según los hechos “oficiales” solo una persona desapareció en la luz. El fenómeno al parecer fue muy selectivo, pero cabe pensar que a lo mejor existen dos personas más afectadas que han tratado de ocultar deliberadamente. 
6º Algunas explicaciones extra-oficiales han expresado que nunca se dejo fotografiar el reloj del cabo Valdés, por asuntos de tipo comercial.
El reloj llevaría una marca de fábrica y seria una publicidad añadida por todo el mundo si hubiera resultado ileso, o todo lo contrario, igualmente se hubiera utilizado con fines comerciales . Sea de una forma u otra, del reloj se sabe que era digital y nunca se mostró a la prensa abiertamente, lo que sí es cierto es nunca más se supo del famoso aparato del tiempo. 
7º ¿Por qué el cabo Valdés fue el único integrante de la patrulla que desfiló el día de las Fuerzas Armadas, el 19 de Septiembre de 1977, delante de las autoridades militares? 

Se tiene en conocimiento que los otros integrantes de la patrulla fueron pasados a retiro rápidamente. 

8º ¿Por qué si el Ejército aceptó un informe médico que hablaba de paranoia en el Cabo Valdés siguió perteneciendo a la Institución castrense e incluso ascendido en su grado militar? 
9º ¿Qué paso con otros utensilios propios de una patrulla militar, u objetos que acompañan a cualquier persona en un viaje? 
Hebillas de cinturón, llaveros, monedas, tapaduras dentales, anillos, identificación militar, chapa del cuello militar, etc. 

Como en todos los casos relacionados con ovnis, quedamos invadidos por un manto de dudas, la postura de los gobiernos, que no aceptan claradamente que el fenómeno existe, ¿que nos ocultan?, negaciones, declaraciones de testigos que luego son obligados a retractarse, pruebas que desaparecen, etc


El caso del cabo Valdes, es un caso impactante, pero que crea dudas ya que el mismo declaró en su momento, en algunos programas de televisión,  que todo fue una broma que se le fue de las manos, justificando su barba crecida y los días en la fecha adelantados en su reloj.
Pero porqué después de 20 años de silencio, en la que sus compañeros de experiencia no volvieron a saber de él . Decide  contar la verdadera historia DE LO QUE OCURRIÓ ESA NOCHE, ¿acaso la anterior estuvo manipulada ?

Les dejo; para que ustedes mismos saquen sus propias conclusiones,  el vídeo de la entrevista que dio para televisión, realizada por Pedro Carcuro, donde relata de manera detallada los hechos ocurridos esa noche.











Todos los temas de mi blog, los trato de manera objetiva, más allá de que yo crea o no en lo que publico; los temas ufológicos son temas que se prestan a debate y a escuchar diferentes opiniones, así que deja un comentario, para conocer tu opinión.
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viernes, 16 de noviembre de 2012

Roswell, un antes y un después en el avance tecnológico de la humanidad?

      El avance tecnológico después de Roswell




Luego del hecho ocurrido en Roswell, Nuevo México en 1947, comienza un cambio importantísimo en las creencias ufológicas y también en la postura que tomaron integrantes de las fuerzas militares y funcionarios del gobierno de los EE.UU, ocultando información sobre los hechos, y desarrollando de manera secreta tecnología de avanzada, desconocida hasta ese momento para los humanos.

¿ Acaso esa tecnología hallada en los restos de las naves de Roswell, fueron el puntapié para el desarrollo de nuestra tecnología actual ?

Esta es la historia del oficial de inteligencia estadounidense Philip Corso,que ha hecho una notable aseveración diciendo," que no solo son reales los ovnis, sino que la milicia de EE.UU, ha cosechado tecnología avanzada de ellos", dice saberlo porque él tubo esa tecnología en sus manos.

¿Porqué debemos creerle?

 Por los años de servicio que dedicó a EE.UU de América, y el hecho de que era considerado uno de los mejores militares en su campo. Realmente era un hombre muy respetado.
El fue el responsable de llevar esa tecnología alienígena a los laboratorios militares, y a los científicos civiles, la cuál fue usada para el avance tecnológico.

Comparto con ustedes, los siguientes vídeos de la serie "Archivos extraterrestres", de History Chanel, con la historia de Philip Corso, y los hechos relatados en parte por él.
Muchos dudan de su historia, ¿pero con que fin, un hombre mayor, que dedico casi toda su vida a su país, inventaría una historia de éste tipo y con tantos detalles?.
Saquen sus propias conclusiones.




















viernes, 2 de noviembre de 2012

La verdad de Roswell

                         Roswell Nuevo Mexico

      Un antes y un después en las creencias ufológicas



Han pasado 60 años del descubrimiento de "extraños objetos" cerca de la base aérea de Roswell, en Nuevo México, y que muchos creyeron que habían llegado los extraterrestres

Pero en los años siguientes, originaría toda una industria de la ciencia ficción mientras el ejército estadounidense sostenía que los objetos no eran más que los restos de un globo meteorológico del proyecto MOGUL, y los ufólogos y partidarios de las "teorías de conspiración", mantenian la idea de que eran restos de un platillo volador.

La verdadera leyenda de Roswell, sin embargo, no comenzó hasta la década de los 80, cuando una serie de libros hizo renacer el incidente de 1947.
Según esos libros, todo se trató de una "operación de encubrimiento", por eso a oficiales, periodistas locales y civiles, se les hizo callar

Entonces, en 1995, " reapareció" el más famoso de todos los artefactos de Roswell: una película en blanco y negro supuestamente de la autopsia del cuerpo de un E.T, retirado de entre los escombros.

El alienígena tenía una apariencia sospechosamente muy similar a la de los extraterrestres de las historias de ciencia ficción.
El hombre que aseguraba haber descubierto el filme, el empresario y productor británico Ray Santlli, más adelante reconoció que se trataba de una falsificación
Los ufólogos han sostenido durante años que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell en 1947, y que se recuperaron varios cadáveres de orígen extraterrestre, pero la versión oficial del gobierno de EE.UU, expresada en un informe definitivo de la USAF, es que " nada de naturaleza paranormal o extraterrestre ha ocurrido"

¿ Cuál es la verdad detrás del caso Roswell?

                                                             La Historia
                                                     

La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel, administrador del rancho Foster, situado entre Roswell y la ciudad de Corona, oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.

A la mañana siguiente, él y su pequeño vecino, Dee Proctor, salieron a examinar los daños causados por la violenta tormenta de la noche anterior; no encontraron daños visibles en la granja, pero algo les llamo poderosamente la atención: alrededor de un kilómetro de longitud, el campo estaba sembrado con fragmentos de un material muy brillante, que cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.

También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas como la madera  balsa y no podían romperse ni quemarse.


El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo conocido por él.
Como oficial de información de la única unidad de bombardeo atómico del mundo,la opinión de Marcel merecía cierta credibilidad. El jefe de la base de Roswell, William Blanchard, ordenó a Marcel y a Sheridan W. Cavitt, un oficial de contraespionaje, que acompañasen al ranchero hasta el lugar y recogiesen los restos.



La declaración de Marcel a los medios en un primer momento fué que: los restos estaban esparcidos sobre una superficie inmensa, no era de algo que se hubiese estrellado o hubiese estallado al chocar con el suelo; eran de algo que explotó mientras volaba a gran velocidad.
Mi opinión como entendido en aviación es que no era un globo meteorológico, ni un avión, ni un misil.

Los dos hombres cargaron en sus vehículos todos los trozos que pudieron, dejando una gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.
A la mañana siguiente, el coronel Blanchard ordenó que se aislase la zona. Envió un grupo de soldados y policías militares al rancho, y se procedió a una búsqueda minuciosa por toda la zona. De vuelta a Roswell, el teniente Haut, el oficial de prensa, anunció la captura de un plato volador. La noticia fue difundida por la radio local y apareció en las ediciones vespertinas de los periódicos de la zona.

La fuerza Aérea recupera un plato volador estrellado en un rancho en la región de Roswell


Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea, en Fort Worth (Texas).
Al mismo tiempo, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.

Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector de radar. La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express.

 El subtítulo decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".

La limpieza del rancho Foster y sus alrededores duró aproximadamente una semana. Mac Brazel, en sus primeras declaraciones había dicho a la prensa haber visto en los restos de la nave siniestrada, varios cuerpos de pequeños seres con aspecto humanoide. A partir de ese momento se sintió amenazado y decidió permanecer callado por miedo a las represalias del gobierno, cuyos agentes le instaban a decir que no había visto nada.

La técnica aplicada en el caso de Mac fue directa e ilegal: fue llevado en custodia, durante ese lapso de tiempo se lo persuadió de que cambiara su relato. Se puede suponer que una combinación de amenazas, sobornos y apelaciones a su patriotismo lograron el fin deseado. Fue visto en las calles de Roswell varias veces durante su período de detención militar y sorprendió a sus viejos amigos al no saludarlos siquiera cuando se los cruzaba. 
La búsqueda de restos se amplió y, dos días más tarde, se encontró el elemento principal: el platillo volador y, a sólo 1.600 m de éste, los cadáveres de unos extraterrestres.

Desafortunadamente para los militares, en ese momento,  Barney Barnettingeniero civil que trabajaba para el gobierno federal, llegó de casualidad al lugar del accidente antes que las tropas. No solo Barney penetró al lugar, sino también un grupo de estudiantes y arqueólogos. Lo que ellos encontraron fue descrito en detalle por un amigo cercano de la familia Barnett, Vern Maltais, a quien Barnett le había confiado la historia. Según el amigo de la familia Barnett encontró un objeto metálico con forma de disco, de 7 a 9 metros de largo. Cerca de ahí, el ingeniero civil advirtió algunos cadáveres. Los describió como pequeños, tipo humanoide, de 1,2 m de alto con cabezas grandes y cuerpos delgados..



Reportaje emitido en Cuarto milenio, que analiza las posibles hipótesis del incidente en Roswell





Quedan dudas en la historia, sobre si el incidente de Roswell, se trató solo de la caída de un platillo o en realidad fueron más.
El platillo y cuerpo de seres extraterrestres que declaró ver Mac Brazel, son los mismos que describe más adelante Gerald Anderson.?
Acaso el verdadero Roswell, como dicen algunos ufólogos es el de San Agustin.?





El único testigo vivo del caso Roswell se llama Gerald Anderson . Cuando se le realizó la entrevista tenía 53 años. Vive en Springfield, Missouri, Estados Unidos. Durante cuarenta años se mantuvo en silencio por “miedo a las represalias” hasta que en 1989 decidió contar la increíble experiencia que había vivido junto a sus padres, su hermano, su tío y su primo. Su relato fue sometido a un detector de mentiras y a prueba regresiva bajo hipnosis. Nunca se contradijo . Hoy, después del video donde se mostró la autopista a un supuesto ET, su testimonio arroja nueva luz sobre el sonado caso. A pesar de un bloqueo coronario , y más allá de miedos , silencios y presiones, el recuerdo de Anderson prevalece sobre el olvido. Esta es su verdad...





                           Vi un ovni y cuatro extraterrestres”


El sol es un manto de fuego. El chico siente que el aire caliente le perfora la nariz y lo sofoca. Detesta este clima, aunque sus padres le habían dicho que ya pronto se acostumbraría. Hacía apenas un mes que su familia se había mudado a Alburquerque, Nuevo México. El clima y el entorno social eran mejores en el norte, donde había nacido y crecido, pero su padre era operador de maquinaria de precisión y soñaba con trabajar en Sandia Corporation, la prestigiosa instalación militar y nuclear de Nuevo México. Los ojos del chico ahora buscan sombra en algún dorado de la planicie, pero no la encuentra. 

 Escucha decir a su padre que apenas son las once de la mañana, pero que el calor debe andar ya por encima de los 45°. De pronto siente una sed irreprimible, pero decide callar. Sabe que no habrá nada que tomar hasta llegar al rancho de unos conocidos de su familia, que viven a treinta minutos en auto de allí. Primero intenta entretenerse tirándole piedrecillas a Glenn, su hermano mayor, o cruzando sonrisas de complicidad con su primo Víctor, también mayor y más travieso que él. Después, se dedicó a lo que realmente habían venido a hacer a ese remoto lugar llamado Planicies de San Agustín: buscar ágata musgosa, una atractiva piedra de colores que su hermano luego cambiaría por cigarrillos, asegurándole una propina. De pronto, sus ojos quedaron atrapados en un objeto que emitía reflejos de luz como a unos 100 metros de donde estaban.

Su padre y su hermano mayor también lo vieron, pero pensaron que provenía de alguna botella rota de vidrio en la que se reflejaba el Sol. A medida que se acercaban al lugar, la intensidad de la luz era mayor y ahora toda la familia se preguntaba que era lo que estaban viendo.

Cuarenta metros más adelante, Gerald (Jerry) Anderson, que entonces tenía cinco años y medio, vio algo que alguna vez imagino de forma similar en alguna revista de comics o de ciencia-ficción: “Nunca supe si mi sorpresa fue mayor que excitación (confiesa ahora sentado en el salón de su casa en Springfield, estado de Missouri). Lo único que sé, es que esa experiencia cambió para siempre mi vida y mis creencias”.

Hoy, a los 60 años el recuerdo de Anderson de ese incidente esta tan vivo como cuando era chico. Por su vida ya pasaron muchas cosas, buenas y malas: vivió 18 años contra su voluntad en Alburquerque, se mudó al norte, se casó y se divorcio, fue sheriff en un pequeño pueblo de Missouri, se volvió a casar. Ahora es director de seguridad en la universidad de Missouri, es un devoto de la iglesia Episcopal, y todo esto después de superar un terrible bloqueo coronario que casi le produce un infarto en noviembre de año pasado, siente que “nació de nuevo”. Sólo que lo que vio en Planicies aquel día lo marco para toda la vida. “Lo peor es que no podía contarle a nadie mi experiencia ni tampoco olvidarla. La llevé toda la vida simultáneamente como una cruz y un orgullo”, sigue.
Tiene sonrisa franca y mirada transparente. Cuando habla, su voz ronca, emitida desde casi dos metros de estatura, infunde respeto y seguridad. Siempre tuvo claro que su historia es única. Hoy, con sus familiares de entonces y otros protagonistas del incidente ya fallecidos, Gerald Anderson se levanta como el único testigo vivo del caso Roswell. Curiosamente, fue un accidente lo que motivo que su testimonio sea hoy conocido en todo el mundo: en 1989, tras ver en televisión el programa misterios de lo desconocido dedicado al incidente Roswell, Anderson decidió llamar al número que aparecía en pantalla, explicando quien era. Habían pasado poco menos de 45 años de aquel episodio. “Me di cuenta de que los protagonistas originales ya habían fallecido y los otros testimonios eran de segunda o tercera mano (comenta). Supuse que mi aporte podía ser muy útil para esclarecer la verdad”.
Anderson creyó que ya había llegado la hora de salir de la oscuridad y del silencio, de desafiar las amenazas gubernamentales, de contar la experiencia tal cual la había vivido, sin miedos, presiones ni tapujos. Su testimonio, que se transcribe a continuación, es único y revelador. Un documento histórico.
“El primero que dijo algo fue mi primo Víctor. ‘Allí hay algo raro’. Estábamos como a unos cien metros de un objeto plateado y circular que estaba como clavado en ángulo en la tierra. Alrededor del objeto había vegetación quemada, algunos arbustos que todavía ardían, dos o tres árboles que habían sido como cortados en dos, con el tronco aparentemente quemado en la parte superior. “Aquí se ha estrellado algo (dijo mi padre). No sé si es un dirigible o algo así”. En esos momentos, ya estábamos como a unos veinte metros del artefacto y allí fue cuando mi hermano gritó: “esto es una nave espacial... son marcianos”, entonces empezábamos a enloquecer, caminando, hablando entre nosotros y dando vueltas alrededor del disco. De pronto, sentí mucho miedo. Sobre todo cuando a vi tres criaturas tendidas en el suelo, junto al disco volador. Otra estaba sentada. Dos de los que estaban tirados, directamente no se movían. Tenían vendas por todos lados y uno llevaba el brazo vendado. Me acerqué a uno de ellos, que tenía una venda a la altura de la cintura y otra en el hombro.
El que estaba sentado se puso de pie y estaba como ayudando a los demás con estas vendas que digo. Uno de los que estaba justo al lado suyo respiraba entrecortadamente, de manera inusual. Era obvio que tenia mucho dolor. Los otros dos permanecían inmóviles. El único que se movía, como dije antes, era el que al principio estaba sentado y al vernos se asusto. Comenzó a retroceder, presa del pánico. Al principio mis familiares y yo solo emitíamos exclamaciones de sorpresa.
El más excitado era mi primo Víctor, que saltaba de un lado al otro, metiéndose por todas partes, entre confundido y temeroso. Mi hermano Glenn estaba mirando el disco y saco del paso a Víctor, quien estaba metiendo la cabeza por la grieta que la nave tenia al medio, para sentarse sobre la misma, con una pierna adentro y otra afuera del plato volador.
Glenn le pidió que no se acercara tanto, no fuera cosa que el disco explotara. Luego Glenn imitó a Víctor, subiéndose a la rajadura y sentándose al medio, con una pierna afuera y otra dentro del objeto. Yo estaba allí mirándolos.
Mientras tanto mi padre, y Ted estaban arrodillados al lado de la criatura que estaba viva y Ted trataba de hablarle en español. La criatura no le respondía. Cuando alguien se movía, la criatura se espantaba, retrocedía y levantaba sus manos al unísono, como temerosa de que le hicieran daño. Parecía estar bien aunque había un par de roturas en su uniforme. En cambio, sus compañeros estaban visiblemente heridos, y sus uniformes estaban destrozados. ¡Parecía que venían de una terrible guerra! Sin embargo, no vi nada que se pareciera a sangre. Lo que sí vi, era una caja de metal cerca del que estaba con vida, dentro de la que vi vendas como las que había sobre los cuerpos. Creo que era un botiquín de emergencias.
El que respiraba entrecortadamente parecía tener una pierna fracturada o algo así. Los demás no mostraban deformidades o algo parecido. Toque a una de las criaturas y no se movió. Por la manera en que tenia los ojos, como mirando al vacío, me pareció que estaba muerto. Recuerdo que cuando lo toque estaba muy frío. Me pregunté por que no había tapado los cuerpos de sus compañeros. Yo creo que cubrimos a nuestros muertos porque nos da miedo mirarlos. Pensé que esa costumbre tiene sentido aquí en la tierra pero quizá para ellos no.
En un momento pensé que eran muñecos. Había algo que no era real en ellos, aunque uno se movía y reaccionaba. Recuerdo haber puesto mi mano contra el disco y estaba frío, como si estuviera refrigerado. Como estábamos bajo el Sol ardiente, en medio de un desierto, supuse que debería estar caliente pero no!
¡Estaba muy frío! Como si fuera invierno y como si uno estuviera tocando un metal. El área adyacente a donde puse mi mano también estaba muy fría comparada con otras cercanas. En realidad, alrededor nuestro hacia mucho calor pero cerca del disco estaba muy frío”.

-¿Estaba usted muy cerca del extraterrestre vivo?

-Yo diría que poco menos de un metro. No me acerqué tanto como mi padre y mi tío. Ellos estaban agachados a su lado. En un momento, mi tío Ted tocó al que estaba vivo en el hombro, como tratando de consolarlo. A esa altura, la criatura ya no retrocedía con temor, con las manos en alto, como antes.

-¿Por qué fue usted detrás del disco?

-Porque mi hermano Glenn ya estaba allí. En realidad, quería saber que hacia mi hermano, quien estaba metiendo la cabeza tan adentro que hasta se lastimó la cara. También alcancé a ver lo que había adentro. Parecían como componentes eléctricos, electrónicos, de propulsión, que sé yo. Estaban todos conectados entre sí por cables que colgaban hacia fuera de la grieta. Algunos de ellos volaban al viento como si fueran colas de caballo, y tenían luces por todos lados, que también oscilaban y parpadeaban. Cuando la brisa las movía parecían ser de fuego.
 En el centro de la nave había algo así como jeroglíficos de color rojo, aunque como sellados sobre un fondo marrón. Algunas luces se apagaban y encendían, unas de color verde y otras de ámbar.

-¿Eran del mismo color de las luces que colgaban fuera de la grieta?

-Algunas eran de color rojo luminoso, otras brillantes pero más blancuzcas. Algunas, sobre todo las rojas, eran muy brillantes y con intensidad fluctuante, a veces realmente brillantes y otras difusas. Yo nunca llegué a meter tanto la cabeza dentro de la grieta como mi hermano Glenn, quien me dijo que hacia mucho frío allí.

-¿Cómo era de grande la grieta?

-Yo diría que de unos tres metros. Comenzaba casi desde la parte más baja del disco e iba casi hasta la cima de la bóveda superior. Estimo que debía tener alrededor de un metro de ancho. La grieta era elípticamente vertical, como un paréntesis gigantesco. La parte más ancha parecía ser hacia el centro. Lucía como si algo adentro hubiera explotado, abriéndola y doblando su material exterior, dejándole bordes muy afilados. También había un olor muy fuerte, parecido quizás al alcohol o algo así. Esto fue lo que motivó que mi padre le repitiera a mi hermano mayor que no fumara a riesgo de que explotara todo.

 Fue en ese momento que un grupo de cinco estudiantes universitarios y su profesor, el doctor Buskirk (no recuerdo su nombre de pila), se acercaron al lugar del hecho. Estaban realizando una excavación arqueológica a pocos kilómetros de allí, pero después de ver la noche anterior lo que creyeron era un meteorito que se había estrellado, se acercaron a inspeccionar el área. Al llegar y ver lo mismo que mis familiares y yo, sus reacciones fueron muy similares. Primero se sorprendieron y luego entraron en shock. Recuerdo que Buskirk le dijo a mi padre que él hablaba varios idiomas y trató de comunicarse con el extraterrestre pero sin éxito. Luego, Buskirk intento entenderse mediante signos, pero también fue en vano.

 -¿Qué pasó después?

Llegó el ejercito y empezó el terror. El que daba las órdenes era un pelirrojo de malos modales, mandón y omnipotente. Lo acompañaba un soldado negro que ejecutaba todo lo que su superior le pedía. Rodearon todo, apartándolos con la culata de sus fusiles y ordenando que no abriéramos la boca. En pocos minutos aquello parecía una invasión. A mi padre le dijeron que si hablábamos esto con alguien nos enterrarían vivos en el desierto. Como mi padre estaba a punto de entrar a trabajar en Sandia Corporation, pidió que hiciéramos caso: no quería ensuciar sus antecedentes. Yo dije que me moría de sed y me negaron agua. Nunca lo voy a olvidar.

 -¿Los echaron del lugar?

  -Nos ordenaron: “¡váyanse por allí, no miren para atrás y no abran la boca!”. Mientras nos íbamos en el auto, vimos cientos de soldados en camiones y a pie, y aviones que habían aterrizado en la ruta.

-¿Nunca habló de esto con nadie?

-Únicamente con mi hermano y cuando estábamos solos. A veces, mientras jugaba con mis amigos, también se me escapaba algo. Mi padre y Tío Ted siempre mantuvieron silencio, aunque me consta que cuando se retiró de Sandia, muchos años después del incidente, mi padre se lo contó a un amigo.


¿Alguna vez tuvo sueños o pesadillas con respecto a los ET?


Nunca

-¿Por qué dejó pasar tantos años para hablar?


Por temor a las amenazas y a que si contaba algo me tomarían por loco. Pero cuando vi en TV que otros testigos también habían salido al frente, opte por el mismo camino.



No busco fama ni dinero con todo esto. De hecho, después de mi problema coronario, me mudé y sólo unos pocos conocidos pueden localizarme. A esta entrevista accedí porque me lo pidió Staton Friedman, un investigador serio que respeto y admiro porque busca la verdad.






-¿Hay alguna corroboración científica de que usted dice la verdad?


-Ya me sometieron dos veces a un detector de mentiras. Además, el psicólogo norteamericano John Carpenter también me hipnotizó varias veces. El resultado fue invariablemente el mismo: mi experiencia existió y es auténtica. Mi relato no tiene contradicciones.
-Obviamente, usted cree que hay vida extraterrestre...
-¡Por supuesto! Hay que mirar detenidamente el cielo de noche para darse cuenta de que a la luz del Cosmos todo lo que parece crucial e importante en la Tierra, tiene menos significado y dimensión que la que le damos los terrestres.


Curiosamente, Anderson jamás volvió al lugar de los hechos hasta 1990, o sea 43 años después. Lo hizo como parte de una comitiva de investigación financiada por el empresario americano Robert Bigelow, junto al especialista Staton Friedman y el psicólogo John Carpenter, quien había realizado ya varias secciones de hipnosis regresivas con Anderson.


-Llegaron a las Planicies de San Agustín en helicóptero. “Anderson saltó tan pronto como tocamos tierra y corrió hacia el lugar donde recordó haber visto el plato volador incrustado y su tripulación de 4 ET (explica Friedman). Su excitación era inocultable y creaba una atmósfera de autenticidad, mientras nos llevaba de un lado al otro, señalando, gesticulando y repitiendo frases textuales de él y sus familiares aquel día”. 


Anderson recordó que en aquella época en ese lugar solo había planicies, caminos de barro, algún que otro rancho rústico y un molino de viento. En 1990 todo estaba igual, salvo el agregado, un tanto más al norte, de un grupo de 27 radiotelescopios llamados The very Large Array, que se extiende a lo largo de unos 20 kilómetros, configurándose conjuntamente en una “Y”, seguramente el radiotelescopio más grande del mundo. Después de observar las reacciones de Anderson en el lugar del hecho, el psicólogo resumió: “No hay fundamentos para dudar de su honestidad ni de sus motivaciones. Además, tanto en el relato que hizo “in situ” como en los previos que realizó bajo hipnosis durante un año no hay contradicciones. Estoy convencido de que dice la verdad tal cual la vio y la vivió”.

                       
                        El caso del funebrero
                       

En el verano de 1947, Glenn Dennis era un joven empleado de una casa funeraria de Roswell, Ballard Funeral Home, y contaba con la preparación técnica necesaria para desempeñar sus funciones. Esta empresa tenía un contrato con el Roswell Army Air Field (Campo Militar de Aviación Roswell) para suministrarle servicios mortuorios. Dennis manejaba el coche fúnebre y la ambulancia, tanto en entierros civiles como militares. En muchas ocasiones lo habían llamado para que ayudara a la recuperación de los cuerpos en aviones militares accidentados y para preparar luego su embarque a la base. Dennis estaba familiarizado con la base aérea y “podía ir donde quería”. Fue esta facilidad de acceso a instalaciones de alta seguridad lo que le permitió ver y escuchar más de lo que debía.
En agosto de 1989, Dennis fue entrevistado por Stanton Friedman en Lincoln, Nuevo México, donde era gerente de un hotel turístico. Aunque la entrevista debió realizarse en medio de la tumultuosa celebración del día de Billy the Kid, Dennis pudo de todos modos transmitir la emoción que todavía le causaba su involuntaria participación en el incidente de Corona. Más tarde, en otras entrevistas, agregó mayores detalles.
La fecha era 9 o 10 de julio de 1947. Glenn Dennis todavía no estaba enterado del descubrimiento de extraños restos en la hacienda Foster y no había escuchado nada sobre cuerpos de extraterrestres. Sí había recibido varios llamados telefónicos un poco desconcertantes del oficial encargado de la morgue en Roswell, que era más un administrador que un especialista técnico familiarizado con la manipulación de cadáveres (humanos o no). El oficial quería saber sobre “ataúdes herméticamente cerrados: ¿cuál es el más pequeño que se puede conseguir?”, según Dennis.



“Después quiso saber cuáles eran las soluciones químicas que estábamos usando para las tinas y todo eso. Me preguntó sobre la composición química de la sangre, la descomposición de los tejidos, y qué les pasaba a los tejidos cuando los cuerpos quedaban al sol varios días. Esto es lo que resulta tan interesante. Vea, es por eso que siento que había algo raro, porque no querían hacer nada que pudiera producir... un desequilibrio. Todo el tiempo decían: ‘Muy bien, ¿qué es lo que esto puede hacerle al sistema sanguíneo, a los tejidos?’. Después, cuando me informaron que los cuerpos habían estado en el medio del campo, a mediados de julio, quiero decir que iban a estar tan oscuros como su blazer azul, además de descompuestos, yo les sugerí que [usaran] hielo seco... yo he hecho eso un par de veces.
”Hablé con ellos cuatro o cinco veces en la tarde. Volvían a llamarme haciéndome diferentes preguntas con respecto al cuerpo. Lo que realmente querían saber era cómo mover esos cuerpos. No me dieron ninguna pista de que tenían los cuerpos o dónde estaban. Pero seguían hablando del tema, hasta que al fin les pregunté: ‘¿Qué aspecto tienen los cadáveres?’. Me contestaron: ‘No sé, pero le digo algo: esto pasó hace un tiempo’. Lo único que mencionaron es que habían estado expuestos a los elementos durante varios días.  ”Entiendo que esos cuerpos no estaban en el mismo lugar en que encontraron algunos de los otros. Dijeron que los cuerpos no estaban en el vehículo mismo; los cuerpos estaban separados de él por tres o cuatro kilómetros. Hablaron de tres cuerpos diferentes: dos de ellos mutilados y el tercero en condiciones bastante buenas.” Más tarde ese mismo día (alrededor de las 18 o 19 horas), Dennis llevó a un soldado levemente herido en un accidente a la enfermería de la base, que estaba en el mismo edificio que el hospital y la morgue. Acompañó al hombre al interior del hospital y luego volvió a subir a la ambulancia y rodeó el edificio para ver a una linda enfermera de la Fuerza Aérea que había conocido recientemente. Como de costumbre, estacionó junto a la rampa, al lado de varias antiguas ambulancias militares cuadradas, reliquias de la Segunda Guerra Mundial. Ahí fue cuando las cosas empezaron a ponerse espesas.
“Había dos policías militares parados allí, y yo me bajé y me dirigí a la entrada. No hubiera llegado tan lejos como llegué sí no hubiera estacionado en la zona de emergencia. Probablemente pensaron que venía a buscar a alguien. Las puertas de las ambulancias militares estaban abiertas y adentro había escombros. Un policía militar estaba a cada lado. Yo vi todos esos restos. No sé qué era, pero me di cuenta de que algo pasaba, ésa fue mi primera pista. Lo curioso es que en dos de esas ambulancias había unas piezas que parecían la mitad del fondo de una canoa. No parecía aluminio. ¿Vio cuando se calienta el acero inoxidable? ¿Cómo se pone medio púrpura y después de un tono azulado? (Glenn dijo más tarde que vio una fila de signos irreconocibles, de varios centímetros de altura, en los dispositivos metálicos). Sólo eché una ojeada y seguí mi camino.
”Cuando entré al edificio, noté una actividad inusual. En la sala había ‘pájaros grandes’ (oficiales de alto rango que no reconoció, aunque estaba familiarizado con todo el personal médico local) por todos lados. Estaban todos alterados. Empecé a caminar por el corredor como lo hago habitualmente y había dado unos pocos pasos cuando me paró un policía militar: quería saber quién diablos era yo, de dónde venía, qué estaba haciendo ahí. Le expliqué quién era. Evidentemente, él tuvo la impresión de que me habían llamado para algo. Como sea, me dejó pasar y yo seguí avanzando y fue entonces cuando me encontré con la enfermera: ella participaba de la cosa, estaba de guardia. Me dijo: ‘¿Cómo diablos entraste?’. Le contesté: ‘Como siempre’. Ella exclamó: ‘¡Dios mío, te van a matar!’, y yo: ‘¡No me pararon!’.
”Me acerqué a la máquina de gaseosas para buscar unas bebidas y ahí fue cuando ese coronel grandote, pelirrojo, aulló: ‘¡¿Pero qué está haciendo este hijo de puta aquí?!’.
Les hizo una seña a los PM y ¡ahí se armó! Los dos policías me agarraron de los brazos y me llevaron derechito afuera, hasta la ambulancia. Yo no caminé, ¡me cargaron! ¡Y me dijeron que me esfumara enseguida! (No sólo eso, sino que además, según Dennis, lo siguieron hasta la funeraria). Unas dos o tres horas más tarde, me llamaron y me dijeron: ‘Oiga, si abre la boca, ¡no cuenta el cuento!’. Yo simplemente me reí y les contesté que se fueran al infierno!” Eso fue lo último que escuchó Glenn Dennis de alguien en una posición oficial. No vio a la enfermera hasta el día siguiente; ella parecía muy perturbada. “Me llamó por teléfono y me dijo: ‘Si tenes tiempo, salí. Tengo que hablarte’.” Arreglaron para encontrarse en el club de oficiales para almorzar y, al verla, Dennis pensó que ella estaba al borde de una crisis nerviosa: ¡parecía tan cambiada! “Dios mío, no sé cómo entraste allí”, le dijo la enfermera. “Es espantoso lo que está pasando. ¡No me creerías!” Y Dennis explicó: “Ahí fue cuando ella me dijo que tenían unos cuerpos. Dijo que eran tres cuerpos pequeños; dos estaban muy mutilados, pero había uno en condiciones bastante buenas”.




                     La versión de la enfermera
                 

“Déjame mostrarte la diferencia entre nuestra anatomía y la de ellos. Realmente, parecían antiguos chinos: pequeños, frágiles, sin pelos, dijo ella. Y también que sus narices no sobresalían, que los ojos estaban muy hundidos y las orejas sólo pequeñas indentaciones. Dijo que la anatomía de los brazos era diferente: el brazo era más largo que el antebrazo. Y no tenían pulgares, sino cuatro diferentes... ella los llamó ‘tentáculos’, creo. No tenían uñas, entonces me describió esas cositas como ventosas en las puntas de los dedos. Le pregunté si eran hombres o mujeres, si sus órganos sexuales eran como los nuestros. Ella me dijo: ‘No, algunos no los tenían’. Lo primero que se descompone en un cadáver es el cerebro, y después los órganos sexuales, especialmente en las mujeres. Pero pensó que probablemente había sido algo... como que algunos animales... Porque algunos cuerpos estaban muy mutilados.
”Ella dijo que habían sacado los cuerpos de esas cápsulas (las que él había visto en la parte trasera de las ambulancias militares). No estaban en el sitio del accidente, sino a dos o tres kilómetros de éste. Dijo que parecía como si tuvieran sus pequeñas cabinas propias y que la porción inferior de los cuerpos, el abdomen y las piernas, estaba aplastada, pero que la parte superior no estaba tan mal. Me dijo que la cabeza era más grande, y que los ojos eran... diferentes.” La enfermera tomó entonces un block de recetas y dibujó unos esquemas de lo que le había descripto a Glenn Dennis. Le dio los dibujos, advirtiéndole que los mantuviera en secreto, y él los guardó cuidadosamente. En 1990, Dennis y Stanton Friedman revisaron los viejos archivos de la empresa funeraria, comprobando que todo el material del ex empleado había sido destruido varios años antes. Pero Glenn hizo un bosquejo de lo que podía recordar: “Hasta que congelaron esos cuerpos, el olor era tan insoportable que uno no podía acercarse a treinta metros de ellos sin sentir náuseas”. La enfermera había salido unos minutos de la habitación donde había estado asistiendo a dos médicos, para tomar un poco de aire, y ahí fue cuando se encontró con Dennis. Le explicó que incluso los médicos estaban mareados, y que el olor era tan fuerte que tuvieron que apagar el aire acondicionado para impedir que se propagara por todo el hospital. Pronto desistieron de continuar trabajando en tales condiciones y completaron la preparación de los cuerpos en un hangar.
Después de describir los extraños acontecimientos a Dennis, la enfermera parecía estar al borde de un colapso, de manera que él la llevó en coche hasta las barracas. Nunca la volvió a ver. Sus intentos en ese sentido tropezaron con toda clase de escollos. Primero le dijeron que estaba en otra ciudad, asistiendo a un seminario. Luego, que había sido transferida a Inglaterra. A Glenn le sorprendió que hubiera viajado sin llamarlo para despedirse. Su primera carta fue contestada por ella con la misteriosa promesa de explicarle todo más tarde, pero la segunda volvió con un sello inquietante: “Fallecida

Bueno amigos, espero que les haya gustado, y luego de leer la información, cada uno es libre de pensar y llegar a sus propias conclusiones.
La información sobre Roswell, es mucha , pero no toda me pareció con la seriedad suficiente, para volcar a mi blog.

 Roswell, continuará...